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Libre y responsable

Cristo murió para liberarnos del pecado, la muerte, el miedo y la vergüenza a fin de establecernos en libertad para que podamos vivir y amar como hijos gloriosos de Dios.

Romanos 8: 1-2; Romanos 8: 15-21; Gálatas 5: 1; Romanos 6: 4; Romanos 6: 14-22; 2 Corintios 3:17; 2 Corintios 5:17; 1 Juan 4: 17-18; Lucas 19: 1-10.

 

La libertad es muy personal, pero no es egocéntrica. Se nos ha dado la libertad para que podamos presentarnos al Señor como un sacrificio voluntario, entregado y listo para servir.

Gálatas 5: 13-14; Romanos 12: 1-2; Romanos 14: 7-9; Romanos 15: 1-7; Mateo 4: 1-11.

 

La libertad y la responsabilidad son inseparables. Experimentamos la verdadera libertad al cooperar con el Espíritu Santo para producir el fruto del autocontrol y usar nuestra libertad para bendecir a los demás.

Gálatas 5: 13-25; 1 Corintios 9:19; 2 Pedro 1: 5-9; 1 Corintios 8: 9-13; 1 Pedro 1: 13-16; Juan 13: 12-17.

 

Somos responsables de asociarnos con el Espíritu Santo para desarrollar continuamente el fundamento de nuestro carácter para que nuestro carácter pueda apoyar nuestra creciente influencia y unción.

2 Pedro 1: 5-9; Tito 2: 11-12; Efesios 4: 1; Colosenses 1:10; 1 Corintios 6: 18-20; Lucas 9: 54-56.

 

¿Qué significa esto?

 

Los entornos de libertad, responsabilidad y empoderamiento permiten a las personas vivir vidas santas, saludables, audaces y creativas.

2 Corintios 3: 7-18; Lucas 10: 1-2; Lucas 10: 17-20; Hechos 2: 42-47; 1 Juan 4: 17-18; Gálatas 3: 23-29.

 

La libertad es muy valiosa para Dios. Él demostró esto cuando colocó una elección pecaminosa en el jardín del Edén. Por lo tanto, no es nuestro objetivo eliminar las elecciones pecaminosas de las personas, sino llamarlas a amar libremente a Dios y elegir Su justicia.

Génesis 2: 15-17; 2 Corintios 3: 16-17; Juan 14:15; Romanos 12: 1; 2 Pedro 3: 9.

 

Por lo general, nuestros sueños son demasiado pequeños. Dios tiene grandes propósitos para nosotros para extender Su Reino. A medida que le entregamos nuestras vidas a Él y nos entusiasmamos por ver Sus sueños cumplidos, somos libres de soñar grandes sueños para nuestras vidas con Él.

Efesios 3:20; Salmo 37: 4-5; Isaías 55: 1-13; 1 Corintios 2: 9-10; Juan 14: 12-14; Mateo 6:10, 33; Génesis 12: 1-3; 2 Crónicas 6: 5-8.

 

El Espíritu Santo internamente nos motiva hacia la libertad, la pureza y la integridad.

Gálatas 5: 16-26; Filipenses 2:13; Romanos 8:14.

 

En nuestra libertad, si pecamos o cometemos errores, debemos asumir la responsabilidad de nuestras acciones, arrepentirnos y reconciliarnos con los afectados.

Mateo 5: 23-24; Hebreos 4: 15-16; 1 Juan 1: 6-10; Santiago 5: 1; Lucas 19: 1-10.

 

Cuando somos tentados a comprometer nuestro carácter y pecado, lo superamos al extraer del poder del Espíritu Santo y de nuestras verdaderas identidades como hijos e hijas de Dios.

Romanos 8: 5-17; 1 Juan 4: 4; Gálatas 5: 19-25; 1 Corintios 10:13.

 

Tenemos necesidades dadas por Dios, y lo honramos cuando satisfacemos estas necesidades de manera consistente con Su corazón o cuando las colocamos libre y sacrificialmente, por Su gracia.

Filipenses 4:19; 1 Corintios 6: 12-13; Efesios 5: 28-29; 1 Corintios 7: 1-7; 1 Corintios 9: 4-15; Filipenses 2: 5-8; Filipenses 2:17; Romanos 12: 1-2.

 

No malinterpretes…

 

La libertad no es gratuita: le costó a Dios la muerte de su hijo. Esta verdad nos motiva a proteger y valorar nuestra libertad por el precioso regalo que es.

Gálatas 5: 1; Juan 3:16; 1 Pedro 1: 18-19; Lucas 4: 16-21; 1 Corintios 6: 19-20.

 

Como hijos, siervos y amigos de Dios, no somos libres de hacer lo que queramos; más bien, moderamos nuestra libertad para proteger nuestra conexión con Él y con los demás.

Gálatas 5: 13-14; Romanos 14: 13-23; Filipenses 3: 8; 1 Corintios 6: 19-20; Efesios 4: 1-3; 1 Corintios 10: 23-24.

 

En nuestra libertad, todavía vivimos una vida sometida al Señor.

1 Pedro 2: 13-17; Romanos 12: 1; Santiago 4: 7; Filipenses 2: 2-7.

 

La perseverancia es absolutamente necesaria para ver los sueños cumplidos.

Gálatas 6: 9; Hebreos 10:36; Filipenses 3:14; Santiago 1:12; Romanos 5: 1-5; Hebreos 12: 1-3.

 

La vida no se trata de que obtengamos todo lo que queremos. En cambio, usamos nuestra libertad para amar.

1 Corintios 10: 23-24; Mateo 26:39; Juan 15:13; 1 Corintios 9:19.

 

Estamos llamados a servir a los demás y, al hacerlo, a veces tenemos que hacer cosas que no tenemos ganas de hacer.

1 Pedro 2: 16-20; Romanos 14: 19-23; 1 Corintios 13: 4-7; Lucas 21: 16-19; Lucas 22:42; Hebreos 11: 8-12.

Valores fundamentales

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